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[Aldo]... ¿tendríamos que haberte dicho con honestidad que te metas tu propuesta al poto?

Publicado: 2012-02-14

José  Villaorduna, director de la revista Dedo Medio, responde al Director del Diario Correo, que en su editorial, lo había tildado de irresponsable:

Tomado de: http://dedomedio.com/destacados/estimado-aldo-disculpame-si/

ESTIMADO ALDO: DISCÚLPAME SI…

RESPUESTA A ALDO MARIÁTEGUI

Por: Jose Villaorduna | February 13, 2012 - 6:55 pm

El director de Correo, Aldo Mariátegui, escribió ayer una columna en la que felicita al gobierno, y en especial al premier Oscar Valdéz, por la captura del feroz camarada Artemio, senderista de quien además dice es “un terrorista que había devenido en un vulgar guardaespaldas de narcos”. Siempre consecuente (sería impensable que antes Mariátegui hubiese instado al gobierno a negociar, a cambio de una “cárcel de plata”, con ese “feroz guardaespaldas de narcos”, ¿o no?), Mariátegui pasa luego a criticar a la izquierda en su conjunto por no reconocerle suficientes méritos a Valdéz, y de pronto, no sé muy bien cómo, termina hablando de Dedomedio:

“El otro día en la revista Dedo Medio aseveran que yo propuse una estrategia de fuego tipo “erizo” para solucionar “las protestas de Bagua”, cuando yo me referí específicamente a cómo se debió defender la guarnición de la Estación N°6 de Petroperú para evitar que se asesine horrendamente a 11 policías. Y también distorsionan lo que escribí sobre que se debía necesariamente disparar -tal como la policía yanqui lo hizo en Nueva Orleans tras el “Katrina”- contra los saqueadores de los camiones que iban con ayuda a Ica tras el sismo, ya que estos eran unos criminales avezados y no gente necesitada. Así son”.

Supongo que con ese “Así son” está tratando de dar a entender que Dedomedio es una revista de izquierda. Más allá de lo ocioso que puede ser hoy en día discutir si uno es o no de izquierda, derecha o ambidiestro, habría que preguntarse si la gente que se reconoce a sí misma como de izquierda estaría de acuerdo con esa apreciación, sobre todo después de artículos como ésteésteéste otro.

Pero en fin, lo que me dejó más perturbado fue lo que dijo, con evidente angustia, líneas más abajo:

“En cambio, yo nunca he contado que su director Pepe Villaorduña es un pésimo profesional porque hace unos tres años se comprometió en el café Starbucks de Dasso a hacernos una propuesta de revista para esta Casa Editora y nunca más se supo de él, en el estilo más irresponsablemente criollo, mismo carpintero o gasfitero incumplido”.

Sobre este tema, le dejé un breve comentario en nuestro muro de Facebook, que decía simplemente: “Si no te llama, es porque no le interesabas”, pues me pareció que no tenía mucho sentido ventilar los detalles de algo que se había conversado en privado. Pero pensándolo bien, tal vez debí disculparme con Aldo Mariátegui por no haberle devuelto nunca más la llamada. Después de todo él tuvo la cortesía de citarme, a través de una tercera persona, para hacerme una propuesta que, al menos para él, me iba a resultar difícil de rechazar.

¿Y en qué consistía esa propuesta? En que Dedomedio sea un suplemento de Correo. Como tal vez no me vio demasiado entusiasmado luego de escuchar esa idea, salió con su segunda extraordinaria propuesta: que le hagamos el diseño, tanto visual como de contenidos, de una nueva revista, que saldría semanalmente con Correo. ¿Cuánto nos pagaría por ese trabajo? Nada. “Y tampoco puedo garantizar que los Agois, que son los propietarios de Epensa, acepten hacer la revista, porque ellos no saben nada de esto, se trata de una idea mía”. Aaaahhh, ok, es decir, que tendríamos que crear el concepto de una nueva revista y también crear el diseño de la misma, sin garantía de que después ese proyecto salga adelante o, peor aún, sin garantía de que Epensa no vaya a sacar luego otro proyecto ligeramente diferente al que le presentemos nosotros, sin reconocernos la autoría. Y claro, sin pagarnos nada por el esfuerzo. “Ok Aldo, nos pondremos en contacto”. Evidentemente no nos pusimos nunca en contacto, y eso es lo que denuncia Mariátegui como falta de profesionalismo.

Puede que en el peculiar cerebro de Aldo Mariátegui la suya haya sido una propuesta extraordinaria. Puede que en la incomprendida mente del director de Correo, él pueda ir donde un carpintero y decirle: “oye, qué tal si me haces el diseño de unos muebles, pero ojo, no te voy a pagar nada por el diseño, ni te garantizo que te vaya a comprar los muebles después, ¿Ok?”. O llamar a un gasfitero y decirle: “hey, revísame las tuberías de la casa y las instalaciones sanitarias, y solo si me parece que tu trabajo es bueno, y mi esposa está de acuerdo, te contrato para que en el futuro me vuelvas a revisar las tuberías. Pero ojo: esta primera vez no te la pago”. Sí, fue descortés de mi parte no haberlo vuelto a llamar, ni haberle agradecido su magnánima proposición. Entiendo además que para ciertas personas no es ofensivo pedirle a otros que trabajen para ellos gratis, y por el contrario, lo ofensivo es no dar respuesta a esas propuestas.

Algunos le llaman a eso ser “polite” o ser “diplomático”. “No nos llames, nosotros te llamaremos”. Pero no todo el mundo puede entender lo que significa un “claaaaroooo, yo te llamo”. ¿Por qué una chica no le devuelve la llamada al pata borracho que la abordó en una discoteca, aunque dijo que lo haría? ¿Por qué la gente no llama a todas las empresas a las que solicita un presupuesto, para excusarse por no contratarlas pues tienen presupuestos mejores? ¿Por qué le decimos a los que nos llaman un sábado en la mañana para vendernos un nuevo paquete de cable que lo vamos a pensar, cuando todo lo que queremos es que nos dejen en paz? ¿Por qué Aldo no responde a cada uno de los practicantes que le envían sus CVs todas las semanas y a los que no piensa contratar? Porque a veces somos excesivamente corteses cuando tenemos que rechazar o “chotear” a alguien.

Pero debemos cambiar. Hay que ser más frontales y explicar las razones por las que decidimos no relacionarnos con alguien. Aldo: no te llamamos porque tu propuesta nos pareció una caca. Lo lamento, pero es así. No es tan espectacular que Aldo Mariátegui te cite en un Starbucks para pedirte que la revista por la que te amaneces una semana de cada cuatro termine de suplemento de un diario como Correo (me refiero al Correo de los últimos años, pues en el anterior Correo tuve el gusto de trabajar por una temporada). Y tampoco me pareció muy atractivo, para ser honestos, hacer un trabajo para ti sin que nos pagues absolutamente nada. Disculpa si tenemos la concha de pensar que nuestro tiempo y esfuerzo pueden valer tanto como los tuyos. Y mira, ya que estamos en esto de ser frontales, la verdad es que no nos pareció conveniente asociarnos con alguien de quien sus compañeros de colegio dicen que siempre ha sido y sigue siendo un racista. Pero sobre todo, porque aunque somos una empresa pequeña y hemos cometido muchos errores en el camino, no nos provoca asociarnos con un seudo periodista que no siente el más mínimo rubor por mentir desde la portada del medio que dirige, y después olvidarse del tema como si nada. Sí Aldo, escribes a veces cosas interesantes, y en no pocas ocasiones coincidimos con algunas de tus posturas, pero más allá de tu amplia cultura general y la frontalidad con la que atacas algunos paradigmas errados de la izquierda, eres una vergüenza como periodista. Mientestergiversas hechos, confundes necedad con franqueza, te prestas para campañas de demolicióninteresadas, y sigue un largo etcétera.

Y ojo, no es nada personal, en el fondo nos caes bien y hasta nos pareces divertido en ocasiones. En este caso tratamos de ser sutiles, pero dada la aflicción que te produjo esta situación durante tantos años, ¿tendríamos que haberte dicho con honestidad que te metas tu propuesta al poto?


Escrito por

soloruido

Objetivamente subjetivo.


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Blog sobre musica nomas y algun breve comentario de política cuando la coyuntura llama.