Tomado de: http://gdp1879.blogspot.com/2014/05/estatua-la-victoria.html


A la espera de su devolución al perú


Párrafos tomados del artículo "Ha traido hasta nosotros desde territorio enemigo, el alud de la guerra: Confiscación de maquinaria y apropiación de bienes culturales durante la ocupación de Lima 1881-1883", escrito por el doctor Milton Godoy Orellana.

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Salvador Soto, un letrado voluntario del regimiento de Cazadores a Caballo dotado de una particular sensibilidad, recorrió la ciudad de Lima ocupada, observando sus monumentos, para disfrutar del simple goce estético, quedando extasiado con el de La Victoria en el Callao, por considerar que era “el que más despierta el espíritu”.

El monumento, que había sido levantado para conmemorar la victoria obtenida el 2 de mayo de 1866 en ese puerto sobre la escuadra de Méndez Núñez, fue descrito en su conjunto por Soto en De soldado a periodista, donde destacó que en la cúspide de una columna de más de veinte metros

“descansa una colosal estatua de la Victoria, en bronce dorado, con sus alas desplegadas al viento, teniendo la espada en la mano y la palma en la otra. Este es un monumento que podría figurar en las mejores plazas del viejo mundo”88.

Lo que nuestro testigo desconocía era la intrincada historia que tras ese monumento se ocultaba. En efecto, la obra había sido el resultado de un concurso internacional convocado en 1868, que fue ganado por Léon Cugnot y Edmond Guillaume, quienes, una vez finalizado su trabajo de diseño y fundido, levantaron en 1872 el monumento en París conservando el tamaño proyectado, para sopesar y prever las eventuales adversidades que su emplazamiento final ofrecería. Resultado de esa experiencia fue la carta que Pedro Gálvez escribió desde París, en abril de aquel año, al ministro de Relaciones Exteriores del Perú, indicando que la estatua “de un mérito sobresaliente” tenía dimensiones demasiado grandes, por lo que consideraba era necesario modificar el decreto que fijaba su tamaño, proponiendo fundir una nueva más pequeña, aunque destacaba que

“juzgo que no debería destruirse la actual para solo aprovechar del material, que no saldría la quinta parte de lo que vale la estatua, sino que se podría dar a la estatua sobrante otra colocación, sea en el Museo Nacional, sea en el Callao [...]”89.

Las sugerencias de Gálvez fueron aceptadas y se resolvió pagar una nueva estatua de La Victoria, emprendiendo los escultores su tarea en 1873, año en que la primera, de grandes dimensiones, ya se encontraba en Lima90. Finalmente, en 1874 el citado Gálvez remite desde Bruselas los planos para el pedestal de la nueva estatua que quedaría erigida en Lima91, siendo inaugurada por toda la ciudadanía y las corporaciones principales de la ciudad el 29 de julio de 1874.92

El destino de la primera estatua de La Victoria, de mayores dimensiones, fue más incierto, puesto que fue relegada al puerto del Callao donde, según La Patria de Lima, los dos cajones que la contenían enfrentaban un constante deterioro, pues estaban expuestos a la intemperie y se habían convertido en verdaderos urinarios públicos, pudriendo los maderos de sus cajas: “el ángel o fama, que es de bronce, tiene ya descubierta la cabeza, el seno y la parte de los brazos, y no se nota que su color natural de bronce o amarillo, se va poniendo negro por efecto de la oxidación que le va cayendo”93. Fue en estas condiciones que la encontraron las fuerzas chilenas de ocupación del Callao, cuyo jefe político y militar era el coronel José Francisco Gana, originario de Talca, quien decidió remitirla a esa ciudad. A fines de julio de 1881, el intendente de Talca escribía al ministro del Interior comunicándole que efectivamente el coronel Gana había “remitido”, para embellecer la ciudad y como recuerdo de los triunfos en combate del regimiento homónimo:

“Una bella estatua de bronce que representa la Victoria para que se sirva ponerla a disposición del pueblo de Talca y colocarla en el lugar que lo crea conveniente, a fin de que represente eternamente las glorias adquiridas por nuestro ejercito y en particular las obtenidas por el heroico regimiento de nuestra provincia”94.

En el mismo documento la autoridad citada informaba que la estatua había llegado “o está para llegar a Valparaíso en uno de los transportes del Estado”, lo que efectivamente se produjo en la nave Miraflores95. Unos meses más tarde en la municipalidad se discutiría el lugar de su emplazamiento96, sin embargo, pasarían alrededor de veinte años hasta su inauguración en el centro de la ciudad a comienzo del siglo XX.97

Notas:

88 Salvador Soto, De soldado a periodista. Biografías, impresiones de viaje, Santiago, Imp. de los Debates, 1888, 39-40.

89 Carta de Pedro Gálvez al Ministro de Relaciones Exteriores. París, 30 de abril de 1872. Archivo del Ministerio de Relaciones Exteriores, Lima, Legación en Francia, año 1872.

90 Carta de Pedro Gálvez al Ministro de Relaciones Exteriores. París, 1 de mayo de 1873. Archivo del Ministerio de Relaciones Exteriores, Lima, Legación en Francia, año 1873.

91 Carta de Pedro Gálvez al Ministro de Relaciones Exteriores. Bruselas, 14 de agosto de 1874. Archivo del Ministerio de Relaciones Exteriores, Lima, Legación en Francia, año 1874.

92 Natalia Majluf, Escultura y espacio público. Lima, 1850-1879, Lima, IEP, 1994, 35.

93 La Patria (Lima), 20 de agosto de 1877.

94 Francisco Vergara al Ministro del Interior, ANHMG, Vol. 702, Nº 179. Talca, 19 de julio de 1881.

95 “Estatua de la Victoria”, La Libertad, 12 de octubre 1881.

96 “Se cree que en la semana próxima llegará a Talca la estatua de la Victoria. Piensa el señor intendente hacerla colocar en la plaza de armas, para lo que será preciso encargar a Santiago un pedestal digno de esa obra de arte. Con este fin se nombrarán comisiones que recojan la suma indispensable. Por nuestra parte, hacemos indicación para que se encomiende ese pedestal al notable artista señor don José Miguel Blanco, que hizo el monumento de Arturo Prat que existe en Quirihue. Es el escultor que da más garantías de pronto i exacto cumplimiento. El señor Blanco pedirá un precio reducido y nos hará una obra elegante y de gusto. La Libertad, 13 de octubre de 1881. También en La Libertad, 13 de octubre de 1881; La Libertad, 2 de noviembre de 1881; y La Libertad, 19 de noviembre de 1881.

97 Martín Domínguez, “Origen del monumento de La Victoria y su emplazamiento en la ciudad de Talca, 1864-1987”, Universum 2:2, Talca, 1987, 9. Este texto reconoce la indicada estatua como una de las “traídas” de Lima y que pasó por una serie de vicisitudes hasta su actual ubicación en la calle Dos Sur.

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Texto: párrafos del artículo "Ha traido hasta nosotros desde territorio enemigo, el alud de la guerra: Confiscación de maquinaria y apropiación de bienes culturales durante la ocupación de Lima 1881-1883", escrito por el doctor Milton Godoy Orellana. Artículo completo en: revistahistoria.uc.cl/estudios/4916/

Saludos

Jonatan Saona

Tomado del blog de Jonatan Saona http://gdp1879.blogspot.com/2014/05/estatua-la-victoria.html#ixzz3Yxjf4XcE